Las otras armas, el lápiz
El estudio era pequeño y no muy bajo de techo. El 19 de Julio y los días que siguieron, acorralaron por sorpresa, en aquella jaula, al pequeño grupo de artistas jóvenes e ignorados. (…) Lo que el 19 de Julio trajo zarandeó brutalmente al grupo, que estrechó su contacto en la bohardilla. Ellos peleaban y hacían “revolución”, pero en la geometría, en el pentagrama, en el barro, en el vidrio. La fuerza brutal y pura de la calle, en aquellos días únicos, hacía daño a sus sensibilidad de jóvenes temperamentales independientes, acostumbrados a pasar sus hambres solos, sus rebeldías solos, y sus huelgas solos, frente a la incomprensión y la usura del editor, del burgués y del marchante. Ellos ignoraban cómo y cuando aquella masa pitadora y gesticulante había ido hinchando sus pulmones hasta que el grito estalló