Los periódicos y los periodistas siguen lo mismo
El mundillo periodístico está igual que ayer. Como si no hubiera pasado nada.
¿Es que no han caído millares de obreros?
¿Es que no ha corrido la sangre a torrentes?
¿Es que no ha habido montones de carne
humana hecha cisco por la canalla fascista?
Pues…
Pues los periódicos burgueses no pueden seguir en manos de las mismas empresas ni con los mismos periodistas que antes. Porque hemos de tener en cuenta que el periódico es un arma de guerra. Y las armas de guerra no pueden seguir en manos de los enemigos del pueblo. Ni aunque ahora esas armas estén quietas.
Los periódicos han de ser controlados, dirigidos, hechos por obreros y periodistas revolucionarios. Y no hay más.
Un periódico es un mortero del 42 en la vida social de hoy. Con el que hay que desarmar al enemigo.